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diciembre 28, 2013

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Día: diciembre 28, 2013

Freddy Reyna

Federico Reyna Revenga, músico, titiritero, artista y juguetero, nació en Caracas el 3 de abril de
1917. Para evitar que lo llamaran “Federiquito”, su padre hizo que lo llamaran Fredy. El futuro
cuatrista siempre consideraría a su padre como su primer maestro y, ciertamente, resultó un modelo que repitió tanto por admiración, como por identi?cación; de él destacaría su sentido rítmico
y la ?exibilidad en sus ejecuciones pianísticas. En 1933, cuando su familia reconoce su vocación
musical, Fredy Reyna comienza a recibir clases particulares de guitarra con el profesor Raúl Borges
y, en 1935, se inscribe en la Escuela de Música y Declamación por sugerencia del mismo maestro.
En la cátedra de guitarra se encontraban ya Antonio Lauro, Flaminia Montenegro y Manuel Enrique Pérez Díaz. Allí también se toparía a dos grandes amigos, el músico y pintor Armando Barrios
y el futuro compositor Antonio Estévez. En la Escuela de Artes Plásticas estudia desde 1936 junto
a Armando Barrios, Héctor Poleo, César Rengifo, Gabriel Bracho, Ventura Gómez y otros destacados pintores de esa generación. En 1938, entra a formar parte del Orfeón Lamas, dirigido por Vicente Emilio Sojo, donde permanecería unos
ocho años. En 1941, se retira de?nitivamente de la Escuela de Música y es en las artes plásticas donde concluiría sus estudios, especializándose
en Educación Artística, mención Dibujo y Pintura, en 1939.
Fredy Reyna centra su actividad pedagógica en el Liceo Andrés Bello, en la asignatura Dibujo y Educación Artística, desde 1941 hasta 1947. En 1939,
ya había fundado el primer orfeón liceísta del cual surgiría, en 1942, el Orfeón de la Universidad Central de Venezuela. En 1940, crea el primer Taller
de Manualidades Masculino y, junto a Alberto de Paz y Mateos, el primer teatro liceísta. En tanto, en 1946, junto a Henry Thomson, funda el primer
ballet liceísta y, ?nalmente, en 1948 el primer teatro de títeres liceísta. En enero de 1947, Fredy Reyna viaja a París, junto a Lolita Páez su esposa,
allí realizaría estudios de escenografía en la École d’Art Apliqueé a l’Industrie con Max Bertrand, por un año, y asistiría a un curso práctico de guiñol
con Gastón Baty. En 1948, los esposos Reyna Páez retornan a Venezuela y en 1949, Fredy asume el o?cio de titiritero de manera profesional, convirtiéndose en fundador y director de la Escuela de Marionetas del Ministerio de Educación. Al mismo tiempo crea, junto a Lolita, su propio Teatro de
Títeres –Tamborón–, con el que ofrecen más de 250 funciones en todo el país y más de 400 presentaciones en la incipiente televisión venezolana,
en un programa llamado Lolita y Fredy, que salió al aire durante tres años y medio, y en donde la presencia de la música era determinante.
Fredy Reyna creó una a?nación cónsona relacionada con el instrumento al que estaba acostumbrado, o sea la guitarra grande, y cambiaría el
temple tradicional del cuatro por otro, a?nando la primera cuerda una octava superior. Con la prima aguda, se le facilitaría iniciar un repertorio
de obras en las cuales el punteo y el acompañamiento funcionarían simultáneamente. Fredy Reyna cambió la a?nación tradicional del cuatro,
ordenando la altura de sus cuerdas en un mismo sentido. Sin saberlo, convocaba profundas fuerzas que se manifestarían en su obra. Con el
cuatro a?nado de esa forma le otorgó posibilidades más funcionales como instrumento solista, sin perder las cualidades propias del instrumento popular. Fredy sintetizó en el cuatro su experiencia estética, indisolublemente vinculada a sus avatares biográ?cos, partiendo de la técnica
guitarrística aprendida del maestro Raúl Borges, recogiendo la esencia de la ejecución popular de grandes cuatristas como Jacinto Pérez y
Leoncio Narvarte, e incorporando elementos idiomáticos de los instrumentos hermanos latinoamericanos, de la guitarra ?amenca y del caudal
de riquezas que descubrió en las tablaturas antiguas.
Una de sus grandes ambiciones fue desarrollar la enseñanza de los temas venezolanos a través del cuatro y despertar en los niños, jóvenes y adultos, el amor por la cultura venezolana más auténtica. En 1958, emprende un segundo viaje a Europa donde permanece hasta 1966, ofreciendo múltiples conciertos como cuatrista en las principales
ciudades del viejo continente. Ya de vuelta a Venezuela, Fredy desarrolla una fuerte actividad pedagógica inclinada
hacia los niños, la cual denominó Iniciación Artística Integral (IAI). A partir de la década del 70, alcanza el cenit de
su labor concertística y, desde 1977, viajaría con frecuencia a Europa, Norteamérica y el Caribe, presentándose en
importantes salas y festivales musicales. Por esa misma época, formuló uno de sus más hermosos proyectos: El Museo del Cuatro, el cual contemplaría actividades pedagógicas, un taller de violería, la casa del cuatrista y recitales.
Además, ofrecería facilidades para la investigación, exhibición de instrumentos musicales, exposiciones itinerantes
por el territorio nacional, así como publicaciones y grabaciones. En 1978, para celebrar su sexagésimo primer
aniversario, su familia crea la Fundación Fredy Reyna, llamada a preservar todo su hermoso legado: sus colecciones
de juguetes, de muñecas y títeres de todas partes del mundo, así como de arte popular, incluyendo sus propias creaciones para estas colecciones. En
marzo de 1980, Fredy Reyna realizó 23 conciertos en su Gira Nacional y, en 1990, le es otorgado el Premio Nacional de Cultura Popular. En 1994, su
estado de salud lo obliga a retirarse de?nitivamente de la escena y ponerle punto ?nal a una intensiva labor de 50 años ininterrumpidos.
Durante su carrera musical, Fredy editó 10 discos y, en sus viajes, siguió comprando instrumentos y juguetes para reunir la colección privada
más importante de Venezuela. Según sus propias palabras, era un hombre del renacimiento que vivía en el siglo XX, que conservaba la capacidad de pensar, imaginar, interpretar y crear ‘cuatro’ puntos cardinales de la imaginación, como ‘cuatro’ fueron sus hijos: Federico (diseñador y
cuatrista), Tatiana (bailaora y maestra de danza), Maurice (compositor, intérprete y gourmet) y Anita (diseñadora grá?ca).
Fredy Reyna muere en Caracas el 26 de marzo de 2001, a pocos días de cumplir 83 años y con una fabulosa labor en su haber. La fecha de su nacimiento (3 de abril) se celebra con júbilo entre los grupos de cuatristas, quienes consecuentemente organizan encuentros y conciertos en torno
a su recuerdo y a su obra. I

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