Nunca olvidaré,
que dos extraños éramos tú y yo,
aquella noche,
que la soledad,
fue la que nos unió.
Y esa soledad,
nos acercaba la felicidad,
y así llegaba,
y algo sucedió
en nuestro corazón.
Nunca olvidar ‚ ,
que a ú n siendo extra ñ os
nos pudimos comprender
y que al mirarnos
nos amamos sin querer,
sin saber porqué,
era tu mirada o era yo
que te llamaba, vida.
Hoy es el amor lo que nos une,
tierno es el calor
que nos consume,
y no somos ya,
extraños en la noche.