Una ventaja (o una dificultad) del Cuatro, es que desempeña un papel principalmente armónico, es decir, la mayor parte del tiempo marcará acordes, y no notas individuales. El papel melódico por lo general lo desempeñan instrumentos como el arpa, la bandola o la voz.
Muchos cuatristas (casi se podría decir que todos) aprendieron primero los acordes, y luego las notas. Vamos a aprovechar esta lección para hacer lo contrario. Al tomar la fórmula de un acorde fundamental (I – III – V grados de una escala), podemos construir cualquier acorde en el Cuatro. Veamos cómo construir los acordes de Do mayor y La menor:
I | II | III | IV | V | VI | VII |
Do | Re | Mi | Fa | Sol | La | Si |
Do + Mi + Sol: Do mayor
I | II | III | IV | V | VI | VII |
La | Si | Do | Re | Mi | Fa | Sol# |
La + Do + Mi: La menor
Ahora, en el diapasón:
A continuación, observaremos los acordes de séptima, cuya fórmula es I – III – V – VII, según los grados del respectivo acorde. Así, por ejemplo:
– Para obtener Sol 7: Sol, Si, Re, Fa.
2.3.1.4
– Para obtener Mi 7: Mi, Sol#, Si, Re.
2.2.2.3
– Para obtener La 7: La, Do#, Mi, Sol.
0.3.2.3
Veamos cómo funciona este principio en el Cuatro:
Contamos con que posees un repertorio amplio de acordes. Revisar su constitución siempre es una buena idea. Si conoces un acorde por su nombre, por ejemplo “Si menor siete”, separa cada una de sus notas e intenta comprender por qué es un acorde menor, e intenta identificar su séptima. Si desarrollas este hábito, comprenderás en profundidad cómo funciona el Cuatro.
Una vez más, te recomendamos aplicar estos principios a otros acordes, así podrás aprovechar al máximo lo aprendido en este curso. Habrá un punto en el que incluso puedes construir un acorde a partir de cero, según lo que te convenga.
Luego de comprender cómo funcionan las notas en el Cuatro, es hora de pasar a los acordes.