Escrito por Adrián Toro
Recientemente estaba preocupado porque comencé a trabajar para una nueva empresa y mi tiempo libre se redujo drásticamente. Eso implicaba tener muy poco tiempo para practicar el cuatro.
La dinámica del trabajo implica tener sólo una media hora libre en la mañana para sentarme a practicar o llegar a la noche a la casa, alrededor de las 7 para sentarme por lo menos 1 hora. Sin embargo, como es natural, la rutina nocturna (ver amigos, salir a comer algo, compartir con compañeros, pasear) puede impedir una práctica constante, por lo que nada está garantizado.
Sin embargo, en mis traslados diarios en el metro comencé a ensayar practicar el ritmo con la mano derecha mientras oía mi iPod. Al principio, como típico cuatrista, lo hacía sólo para distraerme mientras escuchaba mis cancioncitas instrumentales, pero luego lo comencé a hacer seriamente como práctica rutinaria.
Se trata de oir la música y mover levemente la muñeca al ritmo del compás. 1,2,3 1,2,3; 1,2 1,2 o variarlo al gusto, pero siempre a ritmo de compás y focalizado en no mover dedos ni brazo.. También intentar siempre el movimiento al aire libre, de un lado a otro, sutilmente, sin tocar el resto del cuerpo. De este modo se obliga a la muñeca a que aprenda a moverse por sí misma y sea totalmente independiente.
Llevo 1 mes y medio practicando con este nuevo método, todos los días. Camino hacia el metro en la mañana y voy con mi iPod, escuchando los distintos ritmos y moviendo la muñeca; me monto en el metro y sigo en lo mismo. Al medio día salgo a almorzar con mi iPod: la misma rutina… Igualmente cuando me retiro a mi casa en la tarde, el viaje de regreso va acompañado de una práctica constante de la mano derecha.
El resultado es asombroso y satisfactorio.. Cuando llego a casa y tomo el cuatro para tocar, parece que sucediera mágia!…