El sonido del cuatro, que ya es un patrimonio cultural, es tan particular que lo podríamos reconocer hasta dentro de toda una orquesta de instrumentos tocando a la par. Es tan particular que cuando estamos fuera de nuestras fronteras lo reconocemos a la lejanía sin dudar si se tratara de una guitarra, un ukelele o cualquier otro instrumento de cuerdas.
Son muchos los venezolanos que estando en otros países se quedan maravillados al pasar por al lado de una ventana o puerta por la cual se oye a lo lejos el cuatro venezolano sonando. Es tan particular e inconfundible para un venezolano que parece que nacieramos con la capacidad de detectarlo e interpretarlo en cualquier condición. No en vano es el instrumento nacional del país y parte intrínsica de nuestra cultura.
Este efecto se lo debemos básicamente a la afinación de la cuarta cuerda del Cuatro, la que produce la nota Si. Es una afinación única, ya que se hace una octava más abajo de lo normal. Produciendo entonces un sonido más oscuro y profundo en esta cuerda, sonido que es improbable oir en otros instrumentos ya que están afinados de manera progresiva hacia las notas más agudas.
Esto tiene el cuatro venezolano de particular. Una cuerda que no se afina como ningún otro instrumento en el mundo y un sonido particularmente folklórico que podríamos reconocer así estuviera a cientos de metros de distancia.