Un domingo cualquiera, te levantas tempranito, asi como a las 10, todavia adolorido de la bailadita el sabado y así como con la pachanguita sonando todiavia en tu cabeza..
Te sientas a comer un sanduchito, pensando qué agradable sería irte a la estancia a pasar un rato tranquilo. Te vistes, te pones tus zapatos cómodos, agarras tus llaves y te vas decidido a llegar a ese lugar tan apasible a despejarte, sentarte por ahi en la gramita y de repente hablar con algún abuelito que te encuentres dispuesto a echar cuentos de su juventud..
Y cuando llegas te encuentras estos músicos moustrosos deleitando a todo el mundo en los jardines de la casa coloquial con unos joropitos pero de más sabrosos.. Así que no hay de otra.. Te instalas a oir tu musiquita en el jardín y dejar que la virtuosidad de estos muchachos te sorprenda en cada corte, cambio de ritmo o improvisación que vaya surgiendo.
Y así es como complaces a tu adolorido cuerpo, oyendo música de tu tierra sentado en la grama, pero pensando que tendrás que dejar para otra oportunidad eso de hablar con algún abuelito…
…porque todos están bailando!