Como un árbol que crece lentamente
esparciendo su sombra y su verdor
con el riesgo amable de su gente
para verlo en todo su esplendor.
Ha vivido cincuenta primaveras,
sabe cuántas le faltan por vivir
ofreciendo sus frutas al que llega
cambiándole de pronto el porvenir.
Que no dejen de cubrir sus ramas
que no seque su raíz ni flor
y que siempre conteste a quien le llama
su seguro atento servidor.
Como un árbol que abre en la mañana
y el tarde cierra a mi favor,
que nunca dejen de cubrir sus ramas,
que nunca seque su raíz ni flor.
Letra y Música: Simón Díaz