Serenata Guayanesa
Las primeras notas de Serenata Guayanesa empezaron a sonar en 1971, durante un pequeño concierto
de música típica de la región de Guayana, Venezuela, que organizara el entonces gobernador del estado
Bolívar, Manolo Garrido. Se trataba de un cuarteto de muchachos formado por Iván Pérez Rossi, con su
voz de barítono y cuatro acompañante, su hermano César Pérez Rossi en el bajo, Mauricio Castro en las
voces y Hernán Gamboa en el primer cuatro. Estos “serenateros” guayaneses encantaron a los presentes,
al punto de que, ese mismo año, la gobernación editó su primer larga duración. Después vinieron in?nidad
de éxitos, como Casta paloma, El sapo, La mula y El calipso de El Callao, por mencionar unos pocos.
En 1977, surgió una nueva vertiente en su trabajo: la idea de recopilar y hacer música infantil, gracias a una exposición de juegos y
juguetes para niños realizada por el Museo Nacional del Folklore. Asumieron, entonces, el reto de hacer cantos con aires criollos que
hablaran de nuestras tradiciones, por lo que se dedicaron a “curucutear” el repertorio folklórico para niños y a releer los versos de los
cultores del género, para luego adornarlos con su música. De ese primer trabajo, surgieron La pulga y el piojo, La botellita, A la una,
Este niño don Simón, El papagayo y Estribillo de los juegos. Desde el principio, la receptividad fue extraordinaria, no sólo entre los más
pequeños, sino también entre los adultos, como queda demostrado en cada uno de sus numerosos conciertos, tanto en las plazas de
los pueblos más pequeños del interior del país, como en los teatros más exigentes de las grandes ciudades, así como en el entusiasmo
con que el público ha seguido apoyando los trabajos infantiles que el grupo ha lanzado posteriormente. En 1983, Miguel Ángel Bosch
se incorporó a la agrupación, en sustitución de Hernán Gamboa, quien habia decidido lanzarse como solista.
Serenata Guayanesa ha hecho una contribución incontestable a la difusión de los valores musicales venezolanos. Se ha dedicado a
interpretar no sólo música guayanesa sino los cantos más representativos de las regiones de Venezuela, como golpes y estribillos, aires
margariteños, joropos, merengues, guasas, sangueos, golpes cumaneses, fulías, melodías andinas, calipsos, gaitas, bambucos zulianos,
tambor coriano, golpes larenses, parrandas, aguinaldos y más. A lo largo de su trayectoria artística, se han presentado en un sin ?n
de escenarios, tanto dentro como fuera del país, y han editado más de 30 discos como agrupación individual, sin contar las ediciones
especiales, que sobrepasan la veintena, solicitadas por diversas instituciones venezolanas y foráneas, así como su pródiga participación
en trabajos de otros importantes representantes de la música nacional. I